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Me presento al Premio Reina Sofía

Este año se celebra la 58ª edición del Premio Reina Sofía de Pintura y Escultura, y un servidor ha presentado la dos esculturas que ves en la siguiente imagen secándose al sol en la puerta del taller.

¿Qué es el Premio Reina Sofía?

En un premio que convoca la Asociación Española de Pintores y Escultores desde el año 1964. El nombre oficial es Premio Reina Sofía de Pintura y Escultura, y aquí hay que aclarar una característica que me parece peculiar: Es un solo premio en el que compiten pinturas y esculturas indistintamente, no hay un premio para pintura y otro para escultura.

Desde hace varias ediciones (creo que ya son siete) la AEPE cuenta con el apoyo de Google, que dota el premio con la nada despreciable cantidad de 10.000 € para la obra ganadora, la cual pasa a ser propiedad de la empresa tecnológica.

Ojalá en futuras ediciones, además de Google veamos a un Santander, un Inditex o un Iberdrola haciéndole compañía y apoyando el arte español.

Por si eso fuera poco, el premio, como ya podrás sospechar por el nombre, lo entrega personalmente la Reina Sofía, lo cual es todo un honor que le da aún más valor al premio, creo yo.

Toro 11

¿y qué presento?

Pues en primer lugar el Toro 11, un señor toro de 115 cm de alto hecho en acero cor-ten y del que estoy completamente enamorado.

Este toro es, como puedes ver, muy parecido al resto de la familia de toros desde el Toro 6, solo que tiene unas proporciones diferentes. No me refiero al tamaño, que eso es cuestión de escala, sino a que está más estirado hacia arriba, es más esbelto que el Toro 8 o el Toro 7, que son los más parecidos.

Yo lo veo como la culminación de una progresión que empieza en el sexto toro. Todos, desde el toro 6 en adelante, incluso el toro 9 y el toro 10 con su cuerpo elegantemente girado, en el fondo quieren ser el Toro 11.

Caballo de doce caras

Si el Toro 11 es el resultado de la progresión de una idea iniciada con el Toro 6, esta escultura es la consecuencia de llevar el concepto de la familia Génesis hasta sus últimas consecuencias, algo que de hecho ya había iniciado sin darme cuenta con la Ballena 3.

¿Por qué no desarrollar el concepto de dodecaedros conectados hasta conseguir una escultura en la que podamos reconocer una figura real? En realidad eso es la Ballena 3, solo que esa ballena la hice con sólo dos dodecaedros y este caballo está formado a partir de doce (muy oportuno) dodecaedros, tres en cada pata. La cabeza también sale de un dodecaedro pero de una forma diferente.

En este video puedes ver un resumen de cómo hice el Caballo 2 (que es sólo una cabeza de caballo). Faltaría sólo trocear la cabeza en cuatro segmentos para darles un poco de giro y tendríamos la cabeza de este Caballo de doce caras

¿Qué espero que ocurra?

El Toro 11, aunque a mí me guste mucho, no creo que tenga cualidades para llevarse un premio tan importante. Es una escultura conceptualmente muy sencilla y seguro que el jurado encuentra obras con más enjundia entre los aspirantes. Pero me haría ilusión que lo seleccionaran para la exposición, y para eso sí que creo que podría dar la talla.

El Caballo de doce caras creo que es precisamente una de esas obras con enjundia en las que el jurado (en el que está nada menos que Antonio López, al parecer) se podría fijar como posible candidato al premio. Tiene fundamento, es atrevido, tiene mil ángulos de vista … estoy muy orgulloso de esta escultura.

Creo sinceramente que con tantísimas obras que se presentarán (dicen que más de 400), lo más probable es que haya una (si no varias) con más méritos que mi caballo para llevarse el premio a casa, pero me quedo con la satisfacción de haber presentado dos dignos aspirantes, dos obras merecedoras de tener su lugar en un certamen tan importante como este.

A partir de aquí, a esperar la decisión del jurado y a disfrutar de las obras seleccionadas en la Casa de Vacas del Retiro a partir del 1 de Marzo. Ojalá pueda contaros entonces que mis dos esculturas están en la exposición.