
El nombre de España proviene de la palabra i-spn-ya, que significa tierra de conejos. Y no es de extrañar, pues este animal es alimento de casi todos los depredadores de la fauna ibérica y debió ser también presa habitual de los primeros pobladores de la península. ¡Ya desde nuestros orígenes se nos conocía por la comida!
Pero si hay un animal que todo el mundo, dentro y fuera de España, asocia inmediatamente con nuestro país es sin ninguna duda el toro. Este animal está tan ligado a nuestra cultura que es un símbolo de identidad indiscutible, principalmente debido a la tauromaquia.
Incluso en la actualidad, cuando la creciente preocupación de la sociedad por el bienestar animal choca frontalmente con la tauromaquia, de raíces antiquísimas (Edad de Bronce, según Wikipedia) el toro ya ha sido acuñado, diría que de manera global y perenne, como un símbolo de identidad de la cultura española.
Apuesto a que las dos palabras españolas más conocidas fuera de los países hispano-hablantes son olé y toro.

Omnipresente
La presencia del toro no es exclusiva de la cultura española, no obstante. Desde la antigüedad, la figura poderosa del toro está presente en la mitología universal, desde el Toro Sagrado, presente en muchas culturas antiguas, o la figura mitológica griega del Minotauro, hasta el archiconocido Toro de Wall Street que, por cierto, no está en Wall St.
Cuando hice mi primer toro no tenía ninguna intención de crear toda una familia de esculturas dedicadas a este animal. Pero una vez terminada esta obra en seguida comenzó a flotar en mi cabeza la idea de una nueva versión algo evolucionada del mismo concepto.
Y una vez que empecé a ahondar en ello ya me tenía enganchado, ya no podía resistir la tentación de darle un nuevo giro, otra vuelta de tuerca para seguir investigando nuevas posibilidades. Cada una de mis esculturas es un hito en ese camino de búsqueda.
Modernizando el tema taurino
Este ha sido uno de los comentarios (repetido además) que más he agradecido sobre mis toros. Si el Homo Sapiens viene representando al toro en su arte desde la Edad de Bronce, podrías pensar que como tema para una escultura ya está un poco agotado ¿no?
Por eso me enorgullece que mis toros se perciban como una mirada moderna, actual y renovada a un tema tan antiguo.
